Lousteau renuncia y pone en jaque al Gobierno
La renuncia del ahora ex Ministro de Economía hizo saltar a la vista los problemas económicos y sociales que está sufriendo nuestro país, poniendo en crisis la legitimidad del Gobierno de turno.
La decisión fue informada a la Presidenta en el día de ayer a las 21.30 hs. por el ex Funcionario, pero se temía desde ya hace algún tiempo, debido a los reiterados roces entre Martín Lousteau y el matrimonio gobernante.
Entre las tantas disidencias presentes entre el Ministro saliente y el Gobierno prima el papel crucial que está jugando Guillermo Moreno en el conflicto del campo, así como en muchos ámbitos de la economía. Por ello es que la oposición ve en esta renuncia un crecimiento en el poder de Néstor Kichner y un debilitamiento, evidente, en la gestión de su esposa.
La Primer Ministro junto con Néstor Kichner, Alberto Fernández, Oscar Parrilla y Carlos Zanini han elegido como sucesor a Carlos Fernández, actual presidente de la AFIP, quien representa un comodín para el Gobierno actual encargado de ocupar cualquier vacante ocasional. Carlos Fernández no fue la primera opción para ocupar el cargo, pero sí fue el único economista dispuesto a aceptarlo, a pesar del poder de Moreno.
Las voces del campo no se hicieron esperar, ya que los dirigentes de distintas agrupaciones ruralistas coincidieron en que esta es una oportunidad para cambiar de interlocutores en las negociaciones y tomar una “bocanada de aire fresco”. Sin embargo, denunciaron también que el cambio en la cartera Económica no significa cambios en las discusiones ya que “los ministros de Economía en la Argentina están pintados y lamentablemente con renuncias esto no se arregla".
Junto con su renuncia Lousteau presentó un programa para estabilizar la economía: “Estas medidas son las que, a mi juicio, deberían adoptar en adelante para evitar una crisis grave. Son todas ideas conocidas. En distintos momentos hablamos de ellas, porque te las propuse a vos, Alberto, y a la Presidenta. Creo que si no tomamos estas iniciativas, o algunas muy parecidas, vamos hacia una crisis delicada. No estoy en condiciones de seguir demorando la solución y, por eso, me voy. Tal vez nos dirigimos al mismo objetivo, pero por caminos muy distintos”.
Entre algunas de esas medidas se encontraba las de: reorganizar el INDEC, ajustar el gasto público a lo estipulado en el presupuesto nacional, aplicar un enfriamiento en la economía y un tratamiento a la creciente inflación, que el matrimonio no se digna a reconocer.
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